sábado, 8 de marzo de 2008

JORNADA DE REFLEXIÓN
Este era el título del espectáculo que estrenamos hace 4 años.
Un texto de Fernando, dirigido por mí. Con Rafa y Esperanza como actores.
Yo aún vivía en Madrid. Recibimos buenas críticas y poco público. Era una salita off off off, poco más grande que el salón de casa.
Hoy también es Jornada de Reflexión. Una triste jornada.
Ayer ETA volvió a matar. Como siempre, de manera cobarde, por la espalda.
La víctima, Isaías Carrasco, murió desangrado en brazos de su mujer y sus hijos.
Hace unos días murió Cloti, la viuda de mi padre.
Días de luto, de duelo.
Ayer asistí a uno más de esos espectáculos de "danza-teatro" que contemplan la muerte como algo "bello". O, para ser más exactos, ""hermosamente feo".
Por supuesto era "moderno": desfragmentado, recitativo, deconstruido...

Qué diferente es la muerte ficticia de la muerte real.
Contemplar la muerte como hecho estético es tan difícil.
Por lo normal tiene poco que ver con el sentimiento de estupor y piedad que nos envuelve en ese momento, siempre inesperado, en el que el otro lado abre una puerta y nos muestra que no somos eternos, que algún día yo que escribo, tú que lees, ellos que ni siquiera saben que tú y yo existimos... la atravesaremos sin retorno.

En todas mis creaciones aparece la muerte, como parte indisoluble de nuestro binomio existencial. Intento acercarme a ella con respeto. Desde la vida.
Por eso mi teatro es vital.
Mientras esté de este lado, contemplaré la muerte y defenderé la vida...
con uñas, dientes, abrazos y sonrisas.